Encontrar espacios para experimentar, para permitirnos ser y... salir a la "realidad" unos minutos después.

¿Qué hago con eso que me pasa? y ¿cómo lo llevo a mi día a día?

Desde niños nos han enseñado a separar:
realidad vs. juego, trabajo vs. diversión, cuerpo vs. mente...
así, sin darnos cuenta, un día cualquiera nos reconocemos como adultos preparados para enfrentarse seriamente al mundo, dejando a un lado la excitación de descubrir y el placer de buscar.

Se nos olvida que la vida es un improvisación constante y, también para eso hay que ensayar. 
Eso implica comprometernos con el momento, con el otro, con nosotros mismos: Cultivar espacios que nos ayuden a conectar con nuestro ser creador, a escucharnos, e explorarnos. Implementar rituales que nos ayuden dividir la barrera de lo que lo que soy y lo que deseo ser. Para mí, eso es tomarse la vida en serio!

...la parte más frustante, más agónica del trabajo creativo, con las que nos encontramos todos los días al practicar, es que debemos acercarnos al abismo entre lo que sentimos y lo que podemos expresar. Falta algo, decía el maestro del flautista. ¡A veces nos miramos a nosotro mismos y nos parece falta todo! Es en este abismo, en esta zona de lo desconocido, donde sentimos todo más profundamente... pero donde más nos cuesta expresarnos... (Stephen Nachmanovitch)

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Un arquetipo es un modelo o ejemplo de ideaso conocimiento del cual se derivan otros tantos para modelar los pensamientos y actitudes propias de cada individuo, de cada conjunto, de cada sociedad, incluso de cada sistema.


El inconsciente colectivo es la región de la estructura de la mente más profunda y de mayor importancia para Jung. Es la fuente de toda la energía psíquica, incluida la consciencia, y es la parte básica de la libido. Posibilita que el sujeto se ponga en contacto con las fuerzas cósmicas supra-individual (No en vano se ha considerado a Jung como el primer psicólogo transpersonal). Contiene toda la herencia espiritual de la evolución de la humanidad, las grandes "imágenes primordiales" de como las cosas han sido para la humanidad, y aparece nuevamente en la estructura cerebral de los sujetos. El inconsciente "objetivo" es el inconsciente colectivo, al contener la misma información heredada para todos los sujetos, frente al inconsciente personal que es de tipo "subjetivo" al contener las experiencias y deseos personales de la vida particular de cada uno.
Las imágenes primordiales son los "arquetipos”. Los arquetipos, los define Jung, como formas o imágenes de naturaleza colectiva, que dan casi universalmente como constituyentes de los mitos y, al propio tiempo, como productos individuales autóctonos de origen inconsciente. Los arquetipos son los patrones fundamentales de la formación de símbolos que se repiten en los contenidos de las mitologías de todos los pueblos de la historia de la humanidad. De los arquetipos dependen las últimas y más profundas motivaciones de la mente y la conducta humana individual y colectiva. Las pautas culturales en última instancia dependen de los arquetipos. Son los substratos universales y perennes de toda la vida psicológica individual y colectiva.
En la concepción de Jung, los arquetipos no se refieren tanto a contenidos específicos de la mente, sino más bien a tendencias dominantes que estructuran intrínsecamente la mente inconsciente . De este modo se entiende, pongamos por caso, la existencia de diferentes religiones pero con arquetipos o "imágenes primordiales" similares. Lo que se hereda en los arquetipos son los patrones subyacentes a la formación de símbolos, no los mismos símbolos. Los símbolos, expresan conscientemente la parte de configuración de los arquetipos inconscientes subyacentes. Las imágenes y las ideas en las que se expresan los arquetipos, que son los patrones fundamentales en la formación de símbolos, se manifiestan en una gama simbólica que barca experiencias tan diversas como los sueños, el arte, las mitologías y religiones, las llamadas experiencias "paranormales" y gran infinidad de actividad humana.
Jung identifica varios arquetipos en la humanidad. Entre estos están el arquetipo de Dios . A partir de la adoración al dios-sol que da calor y luz, las religiones han simbolizado de manera distinta a Dios. Para Jung el hecho de que existan los arquetipos como universales inconscientes, no determina la no existencia real de lo simbolizado en los mismos. El arquetipo del héroe o de Dios, no niega o afirma la existencia misma de los héroes o de Dios. El problema para Jung, no era confirmar o negar los símbolos como algo con realidad externa a la mente, sino como la mente ya lleva pre-configurada la posibilidad de creación de símbolos a partir de los arquetipos del inconsciente colectivo. Jung estaba interesado por las expresiones universales de la mente, no por el misticismo ajeno a esta.
En la obra de Jung se hace referencia a múltiples arquetipos como es el héroe niño, representado por Moisés salvado de las aguas, Jesús ocultado por José y María, etc. el arquetipo del viejo mago que representa la sabiduría de la experiencia pasada, el arquetipo del nacimiento, de la madre, etc.
Carl Jung había llegado a su concepción del inconsciente colectivo y sus rasgos dominantes de los arquetipos a través de diversas fuentes (Rubino, 1995):
1º. Los restos arcaicos y las proto-fantasías de las personas
2º. El estudio de las representaciones colectivas y mitologías
3º. El estudio de los filósofos como Heráclito, Schopenhauer, Carus y Cassirer
4º. El estudio de las "ciencias ocultas" como la alquimia, la parapsicología o la ufología (ovnis).
5º. El estudio de la "transferencia arquetipal" de contenido mítico
LOS SÍMBOLOS
La energía psíquica de la libido se utiliza primariamente para las funciones de supervivencia. Una vez satisfechas estas necesidades, el exceso de energía sobrante se utiliza en la formación de símbolos. El símbolo no es como se supone una especie de metáfora que sustituye a algo conocido. Los símbolos resultan de una condensación de varios elementos que aportan analogías o representaciones del inconsciente, formando complejos. En suma, el símbolo puede entenderse como una representación de un complejo. Es el complejo proyectado en forma de imagen.
Es importante destacar que el símbolo es una unidad sintética de significado entre dos polos opuestos: lo manifiesto y lo oculto. Tras su sentido objetivo y visible se oculta otro sentido invisible más profundo. Lo simbólico se puede expresar tanto en el arte gráfico o artístico como en las formas dinámicas de las fantasías, las visiones y los sueños. Otra función de los símbolos es unir a través de sus imágenes la vida consciente e inconsciente del individuo, a modo de integración. Por último el símbolo puede también representar la confluencia de los complejos del inconsciente personal y los arquetipos del inconsciente colectivo: Por ejemplo, se puede considerar el símbolo de la cruz como expresión del amor divino de Cristo, pero la interpretación de la cruz, es simbólica, situándola por encima de todas las explicaciones imaginables, como confluencia de los dos inconscientes, y en el fondo como expresión de un arquetipo

Otros conceptos de Jung:
Anima, Animus, Sombra, Persona, Sí-mismo

«una tendencia innata a generar imágenes con intensa carga emocional que expresan la primacía relacional de la vida humana».


En el libro “Realidad del alma”, Jung propone que en el mundo primitivo todos los hombres poseían una especie de alma colectiva, pero con el pasar de los años y la evolución, surgió un pensamiento y una conciencia individual que ayudó en gran parte con la formación del modo de pensar de cada cultura y de su tipo de actuar. Una persona está integrada por conductas regidas por arquetipos, junto con sus diferentes caminos y sus estadios. Existen tres caminos: Conocimiento, Poder y Amor.
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Todo es doble, todo tiene dos polos; todo, su par de opuestos: los semejantes y los antagónicos son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado; los extremos se tocan; todas las verdades son medias verdades, todas las paradojas pueden reconciliarse.
Todo fluye y refluye; todo tiene sus períodos de avance y retroceso, todo asciende y desciende; todo se mueve como un péndulo; la medida de su movimiento hacia la derecha, es la misma que la de su movimiento hacia la izquierda; el ritmo es la compensación.
Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo a la ley; la suerte no es más que el nombre que se le da a la ley no reconocida; hay muchos planos de casualidad, pero nada escapa a la Ley.
Fragmentos de " El Kyballion"
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Había una vez una flor, una piedra, un cristal, una reina, un rey, un palacio,
un amante y su amada, en algún lugar, hace mucho, mucho tiempo, en una isla
en medio del océano, hace cinco mil años... De esa especie es el amor,
la flor mística del alma. Ese es el centro del sí mismo...( C.G.Jung )
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EL OBJETO TRANSICIONAL( WINNICOTT)

El psicoanalista inglés Donald Winnicott se destaca por su posición singular dentro del campo de la psicología del niño. Aunque fue freudiano primero, y luego discípulo de Melanie Klein, sus ideas adquirieron una sólida identidad hasta representar una de las contribuciones más creativas a la teoría, sobre todo en un campo poco explorado por el psicoanálisis: el de la ubicación de la experiencia cultural en la organización psíquica.



Winnicott observa que en el niño recién nacido existe un estado intermedio entre la tendencia a usar el puño o los dedos para estimular la zona oral en una forma "subjetiva" o "narcisista", y su salida al mundo de los objetos reales, objetivos, representados por un osito o un muñeco con el cual el bebé juega poco tiempo después. Dicho estadio intermedio está señalado por el uso de lo que el autor ha dado en llamar objetos transicionales, que en realidad constituyen sólo la manifestación visible de un espacio particular de experiencia que no es definible como totalmente subjetiva ni como completamente objetiva: el de los fenómenos transicionales. Este espacio no es interior al aparato psíquico, pero tampoco pertenece del todo a la realidad exterior y, constituye el campo intermedio en el que se desarrollarán tanto el juego como otras experiencias culturales. A partir de esta formulación interpreta que debe existir un estadio transicional entre la vida en la realidad subjetiva tal como el bebé la vive y la aceptación de la realidad exterior. Introduce entonces el aludido concepto de fenómenos transicionales, que utiliza "para designar la zona intermedia de experiencia entre el pulgar y el osito, entre el erotismo oral y la verdadera relación de objeto, entre la creatividad primaria y la proyección de lo que se ha introyectado, entre el desconocimiento primario de la deuda" (con el mundo exterior) "y el reconocimiento de ésta" (Winnicott, 1971).
 
Como se ve, el objeto transicional puede ser concebido en este sentido como un precursor evolutivo de lo que luego se logrará por medio de las representaciones mentales

E1 objeto transicional representa el viaje del niño desde la subjetividad pura a la objetividad, desde la indiferenciación con la madre a la aceptación de ésta como objeto exterior, con el cual puede establecer una relación objetal. Hay que reconocer que este viaje en realidad no termina nunca. "La tarea de aceptación de la realidad nunca queda terminada" , dice Winnicott, diferenciándose de todos los autores anteriores, pues "ningún ser humano se encuentra libre de la tensión de vincular, la realidad interna con la externa. El alivio de dicha tensión lo proporciona una zona intermedia de experiencia que no es objeto de ataques (las artes, la religión, etc.)" , es decir, que debe aceptarse paradójicamente como no siendo completamente exterior ni tampoco interior. En este sentido, la relación objetal misma es un fenómeno transicional, un espacio intersubjetivo en el cual los dos sujetos que se vinculan juegan.
 


De manera que esta experiencia, en la óptica de Winnicott, nunca termina. Para el autor "en un estado de buena salud el objeto transicional no entra (al aparato psíquico) ni es forzoso que el sentimiento relacionado con él sea reprimido. No se lo olvida ni se lo llora. Pierde significación, y ello porque los fenómenos transicionales se han vuelto difusos, se han extendido a todo el territorio intermedio entre la realidad psíquica interna y el mundo exterior tal como lo perciben dos personas en común, es decir, a todo el campo cultural (...) En este punto mi tema se amplia, y abarca el del juego, el de la creación y apreciación artísticas, el de los sentimientos religiosos, y el de los sueños..." (Winnicott, 1971).

Fuente: http://www.eljuegoinfantil.com/psicologia/evolutiva/autores/winnicott.htm
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