Encontrar espacios para experimentar, para permitirnos ser y... salir a la "realidad" unos minutos después.

¿Qué hago con eso que me pasa? y ¿cómo lo llevo a mi día a día?

Desde niños nos han enseñado a separar:
realidad vs. juego, trabajo vs. diversión, cuerpo vs. mente...
así, sin darnos cuenta, un día cualquiera nos reconocemos como adultos preparados para enfrentarse seriamente al mundo, dejando a un lado la excitación de descubrir y el placer de buscar.

Se nos olvida que la vida es un improvisación constante y, también para eso hay que ensayar. 
Eso implica comprometernos con el momento, con el otro, con nosotros mismos: Cultivar espacios que nos ayuden a conectar con nuestro ser creador, a escucharnos, e explorarnos. Implementar rituales que nos ayuden dividir la barrera de lo que lo que soy y lo que deseo ser. Para mí, eso es tomarse la vida en serio!

...la parte más frustante, más agónica del trabajo creativo, con las que nos encontramos todos los días al practicar, es que debemos acercarnos al abismo entre lo que sentimos y lo que podemos expresar. Falta algo, decía el maestro del flautista. ¡A veces nos miramos a nosotro mismos y nos parece falta todo! Es en este abismo, en esta zona de lo desconocido, donde sentimos todo más profundamente... pero donde más nos cuesta expresarnos... (Stephen Nachmanovitch)

Categories:

4 Responses so far.

  1. El taller me está permitiendo descubrir que ese abismo entre lo que siento y lo que puedo expresar no es tan grande como me parece. Sin embargo, para mi, todavía sigue existiendo esa barrera entre la realidad y el juego, y fuera de esas cuatro paredes amarillas no tengo la sensación que se pueda repetir.
    Seguiremos ensayando...

  2. Anónimo says:

    cristina!!! confianza. es lo unico que se me ocurre ahora mismo... volveré!

  3. rafa says:

    cuanto más integrado esté el individuo dentro de él, más se reflejará esto en su vida externa, y las dificultades anteriores dejarán de existir. Sin embargo, porque este proceso empieza en el inconsciente y lentamente se manifiesta desde el interior, la mente consciente del individuo es a menudo el último en notar cualquier cambio. Sólo después uno llega a ser consciente de que una cierta dificultad ya no existe. El peligro aquí es que aunque esto está en proceso el individuo piensa que nada está pasando y así no valora el todo dinámico. Aquí de nuevo nosotros estamos tan condicionados para valorar lo que es inmediatamente visible, que tales procesos internos lentos, se desechan fácilmente

  4. No sé si tiene algo, pero leyendo las entradas del blog se me occurrio a la mente una pequenya parte de un escrito de Ortega y Gasset. La obra se llama "El hombre y a gente".

    "A diferencia de los demás seres del universo, el hombre no
    es nunca seguramente hombre, sino que ser hombre significa, precisamente, estar siempre
    apunto de no serlo, ser viviente problema, absoluta y azarosa aventura o, como yo suelo decir,
    ser, por esencia, drama! Porque sólo hay drama cuando no se sabe lo que va a pasar, sino que
    cada instante es puro peligro y trémulo riesgo. Mientras el tigre no puede dejar de ser tigre, no
    puede destigrarse, el hombre vive en riesgo permanente de deshumanizarse. No sólo es
    problemático y contingente que le pase esto o lo otro, como a los demás animales, sino que al
    hombre le pasa a veces nada menos que no ser hombre. Y esto es verdad, no sólo en abstracto
    y en género, sino que vale referirlo a nuestra individualidad. Cada uno de nosotros está
    siempre en peligro de no ser el sí mismo, único e intransferible que es. La mayor parte de los
    hombres traiciona de continuo a ese sí mismo que está esperando ser, y para decir toda la
    verdad, es nuestra individualidad personal un personaje que no se realiza nunca del todo, una
    utopía incitante, una leyenda secreta que cada cual guarda en lo más hondo de su pecho. Se
    comprende muy bien que Píndaro resumiera su heroica ética en: γενοιο ωσ ειδι, llega a ser
    el que eres"

Leave a Reply